Revisitar la palabra intelectual
A menudo, las escritoras y escritores rechazan la definición de intelectual. Porque ellos saben que, si escriben novelas, su primer compromiso estético es no juzgar a los personajes que relatan. Si consideramos que el compromiso civil que define el papel de un intelectual se basa en la valoración rigurosa, ¿no necesitaríamos acaso encontrar una nueva palabra que dé sentido de rigor y de pasión sin caer en la fácil inercia de lo ya escrito?