El eco suspendido: Arias para pájaros que se negaron a marcharse

Su obra desafía las percepciones sobre la identidad, el cuerpo y la agencia. La última exposición de Antolí reflexiona sobre el peso político y ecológico de la quietud. En una época marcada por los desplazamientos forzados —por guerras, extracción, gentrificación o colapso climático "El eco suspendido: Arias para pájaros que se negaron a marcharse" es, de hecho, la continuación de un trabajo y una investigación más amplios, precedidos por An Aria For The Mallard, que se presentó a principios de este año en la Fundación Gulbenkian de Lisboa. An Aria For The Mallard buscaba reimaginar la forma operística tradicional dedicando un aria a un sujeto más que humano: el pato real. Tras años de investigación sobre lo más que humano, Rosana fue invitada por la Red Europea de Academias de Ópera y acogida por la Fundación Gulbenkian para seguir desarrollando esta línea de investigación en la ópera. Ante la ópera como una forma tradicionalmente centrada en el drama existencial humano, buscó desafiar esa perspectiva colocando lo más que humano en el escenario, desplazando el foco de atención del dilema antropocéntrico hacia la cooperación y la colaboración entre especies. 

Esta exposición es una colaboración entre ArtEN (Art Embassy Network), The Florence Trust y el Instituto Cervantes de Londres.