Actividades culturales

Imprentas de la patria perdida. Fondo del Exilio español en la biblioteca del Instituto Cervantes de Toulouse

Imprentas de la patria perdida. Fondo del Exilio español en la biblioteca del Instituto Cervantes de Toulouse Enrique Tapia

Ninguna otra ciudad francesa como Toulouse ha conservado tan profundamente en su memoria las huellas que dejaron los españoles que tras la guerra civil abandonaron su país con la derrota como principal bagaje. En esta ciudad del mediodía francés se cuentan por miles las familias que asocian su origen español al drama de la «Retirada», el éxodo masivo que llevó a cruzar la frontera de los Pirineos, en febrero de 1939, a más de 450.000 personas. Toulouse, «capital del exilio», no solo fue la gran ciudad en la que miles de españoles pudieron rehacer su vida, sino que fue también un centro destacado de la actividad política y cultural de aquellos exiliados. Partidos políticos, sindicatos, asociaciones, ateneos, librerías y particulares siguieron convocando reuniones, mítines, congresos y manifestaciones; continuaron divulgando, adoctrinando, instruyendo y editando. Los más prolíficos, los anarquistas, reimprimen a sus teóricos y difunden el libre pensamiento, el mutualismo, la libertad sexual, la medicina, la sociología; forjan el carácter y consolidan el ideal libertario, cimentado por la lectura y el conocimiento; recuperan y publican sus novelas breves que entretienen y crean conciencia. 


Paralelamente, otros españoles, militantes o no, querrán dejar testimonio de su destierro con relatos autobiográficos, ensayos, textos de ficción o poemarios. La afirmación ideológica, la nostalgia de la patria, la entereza ante la adversidad, el rencor por la derrota, la refutación del franquismo, la esperanza del regreso, todo tiene cabida en la literatura del exilio. Es en Toulouse donde el Instituto Cervantes decide en junio de 1996 abrir su tercer centro de Francia, tras los de París y Burdeos. Y es en su biblioteca, que más tarde sería bautizada con el nombre de Manuel Azaña (del cual se expone un busto realizado y donado por el escultor Evaristo Belloti), donde se desarrollará una labor de búsqueda y recuperación de buena parte de la producción bibliográfica del exilio tanto en la región de Toulouse como en el resto de Francia. 

El reto era enorme puesto que se trataba de publicaciones que, en su mayor parte, no habían sido catalogadas por los centros de documentación o las bibliotecas locales. Los libros y las revistas del exilio, publicados en castellano o en catalán, impresos en talleres locales y destinados al consumo restringido de los círculos de españoles exiliados o a su difusión clandestina en el «interior», pasaron desapercibidos para los responsables bibliográficos franceses, a pesar de que estas publicaciones daban cuenta de la labor editorial de una comunidad extranjera, la española, que contaba con una importante presencia en la región. Esta tarea, la de indagar y recuperar un patrimonio bibliográfico que atrae el interés no solo de estudiosos, sino también de curiosos y descendientes de exiliados de ambos lados de los Pirineos, ha permitido acumular un fondo de mil cuatrocientas obras que se incrementa día a día con continuas adquisiciones y donaciones. 

Una selección de obras singulares o poco conocidas de este fondo compone el Gabinete bibliográfico que se presenta en la sede del Instituto Cervantes en Madrid. Todas ellas atestiguan la voluntad de resistencia, de sobreponerse al destierro, de superar el desarraigo, de mantener vivos lengua, cultura, memoria e ideales. Mirando al sur, más allá de los Pirineos, desde la hispánica Toulouse.

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