El Instituto Cervantes abre su Caja de las Letras para albergar el legado in memoriam del poeta nicaragüense Rubén Darío.
Rubén Darío (Metapa, República de Nicaragua, 18 de enero de 1867 - León, República de Nicaragua, 6 de febrero de 1916) fue poeta, periodista y diplomático y está considerado como el máximo representante del modernismo literario en lengua española.
Con 14 años empieza su actividad literaria en varios periódicos nicaragüenses. Reside durante un tiempo en El Salvador y en 1885 viaja a Chile, donde colabora con varios periódicos locales. De su estancia chilena son fruto varios libros entre los que destaca Azul en 1888. En Buenos Aires empieza a forjarse un nombre dentro del periodismo y la poesía a partir de 1890. Entra en contacto con la juventud literaria, Roberto J. Payró, Alberto Ghiraldo o Ricardo Jaimes Freyre con quien funda en 1894 la Revista de América, y con ellos se entrega a la «vida nocturna, en cafés y cervecerías». Colabora asiduamente en periódicos como La Nación de Buenos Aires y publica en 1896 Los raros y Prosas profanas y otros poemas.
El crucial año de 1898, enviado por La Nación, Darío está en España explorando las repercusiones del desastre español en Cuba («El triunfo de Calibán»; «El crepúsculo de España»). Allí conoce a Juan Valera, Salvador Rueda, José Zorrilla y a un joven maestro llamado Marcelino Menéndez y Pelayo. Recita versos en el salón de doña Emilia Pardo Bazán y vive la bohemia madrileña junto a Manuel Machado, Emilio Carrere, Eduardo Marquina y Alejandro Sawa, quien además le descubre las sorpresas del viejo París y le presenta a Verlaine.
En los años siguientes desempeña diversos cargos diplomáticos y publica en Madrid Cantos de vida y esperanza (1905) y El canto errante (1907).
México, La Habana, París, Barcelona, son las escalas del viaje final de Darío. En Nueva York cae enfermo y se retira a una hacienda de Nicaragua. El 6 de febrero de 1916 murió a los 49 años de edad en León, la ciudad de su infancia.
Presentará el acto Luis García Montero, director del Instituto Cervantes y Sergio Ramírez depositará el legado en homenaje a Rubén Darío.