La casa de Bernarda Alba
Grupo de teatro del Instituto Juan Ramón Jiménez
El círculo de la muerte marca el destino de las mujeres de la casa de Bernarda. La obra se inicia con el reinado despótico de la madre que encierra, durante ocho años, a sus hijas en un asfixiante y absurdo luto. Bernarda representa la autoridad, el orden establecido, el poder económico. Esta mujer, poco compasiva, teme el cambio, el juicio de los otros, las murmuraciones. El miedo a que se resquebraje su mundo le obliga a mantener las normas con que la educaron. A negar lo evidente y a mostrarse ciega ante un posible cambio de las convenciones establecidas.
Las hijas se defienden como pueden: una reniega de su feminidad a la que identifica como opresora (Magdalena); otra se anestesia, negándose a asumir la realidad (Amelia); hay alguna que, sin el valor de rebelarse, prefiere ahogar a las demás para que no consigan lo que ella no pueden obtener (Martirio); quien, por salir de la prisión del hogar, acepta un matrimonio sin amor (Angustias). Solo se salvan Adela y María Josefa, símbolos de la vida, de la libertad, de la sensualidad. Su arrojo las llevará a la muerte y a la locura.
