Back Room 109
Gabri MolistBack Room 109 nos transporta a una de las habitaciones del Hotel Penumbra, un hotel/resort que solo acepta huéspedes a los que les falta algo en la vida. La habitación está llena de ‘billboards’ distribuidos por el espacio sin un orden aparente. Los billboards, de diferentes tamaños y alturas, nos muestran dibujos de bocadillos en espacios cerrados, de apariencia similar al espacio de la galería. Estos bocadillos, emancipados del ser humano que los emite, campan a sus
anchas. Son voz sin cuerpo: son todo lo que queda del personaje. A lo mejor están a la espera de encontrar un nuevo huésped. O al contrario: se han anticipado de forma definitiva de todo lo que pueda provocar sonido. Al fin y al cabo son bocadillos vacíos, que no dicen nada. Solo anuncian, sin contenido.