García Márquez: Recorriendo el mundo para descubrir Macondo
Para escribir Cien años de soledad, García Márquez tuvo que hacer muchos viajes. Tuvo, primero, que dejar su pueblo natal, Aracataca, para recorrer distintas ciudades de Colombia. En ellas se hizo periodista, descubrió la política, encontró amigos eternos. Tuvo luego que viajar a Europa; estudió cine en Italia, perdió su puesto como periodista de El Espectador en París, y recorrió los países socialistas para observar con sus propios ojos las promesas del comunismo. Tuvo que conocer la Cuba de Fidel Castro en 1959, enamorarse de la Revolución, trabajar para ella como periodista en Prensa Latina. Tuvo que vivir en Nueva York, conocer el Sur de Estados Unidos y radicarse finalmente en México. Al mismo tiempo, tuvo que hacer un minucioso viaje por la literatura anglosajona, desde Virginia Woolf hasta Faulkner; tuvo que aprender de Hemingway y luego olvidarlo; tuvo que emprender un largo viaje desde la tragedia griega a las pesadillas modernas de Kafka, y luego descubrir Latinoamérica en la literatura de Rulfo. Estaba listo para asumir el gran reto: integrar los mejores momentos de esos viajes para volver a su pueblo natal, transformado en Macondo, y narrar cuanto allí ocurría como no lo había hecho nunca nadie.
Conferencia por motivo de 50 años del libro "Cien años de soledad".