Memento mori
La muerte es uno de los temas universales que los artistas suelen tratar, directa o indirectamente. El espacio físico y espiritual de México, donde se inició el proyecto, abunda en tales referencias, desde la herencia de las sociedades antiguas con su historia e iconografía específicas, hasta la influencia de la tradición española, desde el transcurrir por elementos de la cultura popular mexicana hasta los grandes logros de los artistas recientes, en un momento de revisión de contenido desde la contemporaneidad y las tendencias populares.
La columna vertebral del proyecto Memento Mori se basa en el tzompantli, en lengua indígena náhuatl la “pared de calaveras”, un altar en forma de bastidor donde se montaban ante la vista pública un conjunto de cráneos con el fin de honrar a los dioses. Este enfoque estético, sirve como punto de partida conceptual y el tema de la muerte se procesa en un formato definido de placa y papel (30 x 30 y 40 x 40 cm) que da como resultado una colección de láminas gráficas organizadas en una estructura de bloque más grande, de expresión heterogénea.
Los gráficos presentes en la exposición están realizados con diferentes técnicas, tradicionales o novedosas. Hay elementos concretos, reconocibles, que remiten directamente al punto de partida, y reflexiones artísticas más metafóricas y abstractas. La exposición consta de 75 obras de igual número de artistas de ocho países, y nos evoca espacios íntimos de reflexión, de compasión personal y recíproca.
Desde hace dos años, el colectivo artístico Sin Rumbo fijo/Gráfica Contemporánea viene desarrollando proyectos de cooperación cultural internacional con diversas instituciones, museos y particulares de República Checa, Polonia, España y Serbia.